Después de más de 5 años trabajando en internacionalización del currículo, como funcionario, consultor y profesor, he identificado las dificultades que muchos colegas tienen para consolidar una estrategia de internacionalización en sus instituciones o programas. La diversidad de conceptos a veces es el origen de la confusión, pero también es el poco tiempo que tenemos para profundizar en la compresión de lo que es la internacionalización y sus implicaciones.
Creo que esta publicación puede aportar en la reflexión sobre el qué, el cómo y el por qué de la internacionalización. En las siguientes líneas describo unas pautas para enfocarse y priorizar los pasos que se deben tomar para implementar un plan de internacionalización integral, en el cual se articulen y armonicen las diferentes manifestaciones de la internacionalización en educación superior.
El eje sobre el que se deben desplegarse las estrategias de internacionalización es el logro de los resultados de aprendizajes o competencias de nuestros estudiantes. Intencionadamente escribo logro porque con esto me refiero al proceso de establecer, implementar y evaluar los aprendizajes de los estudiantes. La internacionalización integral aporta decididamente a la calidad de la educación del siglo 21 (ver el siguiente articulo sobre aseguramiento de los aprendizajes).
La internacionalización es una dimensión transversal que debe desplegarse de acuerdo a la naturaleza de cada función o área de la institución. Toda la comunidad universitaria aporta al propósito de la internacionalización y, por lo tanto, todos estamos llamados a ser actores de la internacionalización.
El enfoque para asumir adecuadamente la internacionalización integral es el sistémico. Cada parte está relacionada y aporta a las demás. Esto requiere de una cultura institucional basada en la comunicación asertiva, la innovación y el trabajo en equipo para dejar los paradigmas tradicionales limitantes y asumir nuevos paradigmas acordes con las necesidades cambiantes en el mundo (ver el siguiente artículo sobre la calidad y la internacionalización en la educación superior).
La confusión que puedan darse por los diversos conceptos y términos se reduce cuando nos apropiamos de ellos y le damos una reinterpretación a la luz de nuestra realidad institucional y de nuestro propio contexto. Organizarlos (como muestro en la imagen de esta publicación) permite visibilizar las categorías en las que se encuentran y las conexiones que existen para hacer una gestión más efectiva de la internacionalización.
Los objetivos de internacionalización se materializan a través del profesor. Sin él, cualquier plan de acción o estrategia queda en el papel. El diseño curricular, el modelo pedagógico y el sistema de evaluación son piezas altamente importantes en el desarrollo de la internacionalización integral (ver el siguiente artículo sobre la internacionalización del rol docente).
La competencia intercultural es un resultado de las dinámicas de internacionalización que implementemos, sean estas presenciales o virtuales. Independientemente de las disciplinas o profesiones, la competencia intercultural potencia y cataliza la capacidad humana para interactuar y adaptarse a diferentes situaciones o problemáticas, sean estas culturales o internacionales. Esta competencia debe desarrollarse y evaluarse intencionadamente en todos los estudiantes a lo largo del proceso de aprendizaje (ver el siguiente artículo sobre las competencias interculturales)
La internacionalización debe trascender la esfera de lo administrativo y de las actividades de movilidad para tener presencia plena en el proceso de diseño curricular. Recuerden que el logro de ciertos resultados de aprendizaje o competencias requieren intención, diseño y evaluación para ser efectivas (ver el siguiente artículo sobre alineación curricular y evaluación de competencias).
Finalmente, aplique el pensamiento divergente en el diseño de una estrategia de internacionalización integral en donde hagamos uso de ambos hemisferios de nuestro cerebro (explicación líneas abajo) para hacer las cosas diferentes, promoviendo el trabajo en equipo, la diversidad de pensamientos, la flexibilidad, la comunicación y una mayor participación en la consecución de resultados.
Respecto al último punto, menciono los hemisferios como alegoría en la imagen que acompaña esta publicación porque está dividida en dos partes, como los dos hemisferios del cerebro. En el hemisferio izquierdo se manifiesta el pensamiento convergente que suele ser más racional, numérico y el que no se suele cuestionar el porqué de las cosas (paradigma tradicional). Mientras que, en el hemisferio derecho, se manifiesta la creatividad, la intuición y la percepción visual (nuevo paradigma).
En el hemisferio izquierdo muestro la agrupación de varias estrategias que se desarrollan tradicionalmente en las instituciones de educación superior. La agrupación azul corresponden a la movilidad internacional, estrategia que las IES hemos desarrollado con gran esmero, pero que ha demostrado dejar por fuera a la gran mayoría de estudiantes y profesores. En color celeste, las actividades académicas de carácter internacional que se realizan en el campus de manera regular y que corresponden a la internacionalización en casa porque se realizan dentro de la institución o de la ciudad. Tanto la internacionalización en casa y la movilidad internacional son las que se contabilizan en indicadores para demostrar el desempeño de las instituciones. Las actividades de este hemisferio aportan con indicadores numéricos de personas y actividades, pero, en menor medida, con análisis cualitativo del impacto de estas actividades en el aprendizaje de los estudiantes. En el caso colombiano, estos indicadores son un requerimiento que las IES debemos reportar semestralmente, pero como ya mencioné, raramente llega al 100% de los estudiantes.
En el hemisferio derecho, están las agrupaciones que caen en el terreno curricular, espectro no tradicional de la internacionalización que demanda en las IES un proceso de transformación curricular para obtener mejores resultados. Esta transformación demanda que nos cuestionemos el por qué de lo que hacemos, propongamos actualizaciones o innovaciones, y que respondamos prontamente a las necesidades del entorno. En este hemisferio identifico tres columnas asociadas a la internacionalización del currículo: el bilingüismo (o multilingüismo), la interculturalidad y la internacionalización del aula (o de los procesos de enseñanza y aprendizaje). En este hemisferio también incluyo el EdTech con el que las nuevas tecnologías habilitan las innovaciones educativas en los procesos de internacionalización. En el centro de este hemisferio está el profesor, como actor central que activa y materializa muchas estrategias de internacionalización del currículo. La institución debe invertir en la formación pedagógica de sus profesores para acompasar el desarrollo y evaluación de lo internacional/intercultural. Este hemisferio tambien aporta a los indicadores numéricos de internacionalización, pero, sobre todo, aporta con evidencias y criterios al análisis del impacto de las estrategias en la formación de los estudiantes.
No pretendo ser categórico en como se realizan las agrupaciones de las estrategias o en la aplicación exacta de cada uno de los conceptos que existen en la internacionalización de la educación porque entiendo que, a veces, lo perfecto es enemigo de lo bueno, y el discurso teórico puede generar parálisis en la acción. Les invito a reflexionar sobre aquellos que nuestros estudiantes debe ser capaces de lograr en su vida personal y profesional, y "experimentar" juiciosamente, desde una postura informada de nuestra realidad institucional y de nuestro contexto cercano, con estrategias de internacionalización más pertinentes y coherentes.
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