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Foto del escritorJoshua Denegri

Internacionalizar el currículo desde la enseñanza en un segundo idioma

El bilingüismo en la educación superior busca consolidar el aprendizaje de un segundo idioma como atributo de calidad de los programas académicos. Las universidades que integran el aprendizaje en un segundo idioma, especialmente en inglés, buscan facilitar la inserción laboral, la empleabilidad y el emprendimiento de los estudiantes en una sociedad global y altamente competitiva. Los estudiantes que están inmersos en un ambiente académico blilingüe enriquecen su proceso de aprendizaje, amplian su comprensión del mundo y potencian su desempeño profesional en diversos contextos internacionales.

Entonces, la calidad de un programa académico pueden evidenciarse en la medida que tanto los elementos curriculares y la enseñanza están en otro idioma, ya sea en la totalidad o en un porcentaje de estos. Esto convierte al currículo de un programa en el espacio de aprendizaje y perfeccionamiento de las competencias lingüísticas del estudiante, pero con un propósito práctico y útil para su vida profesional. 

La participación de los profesores en el diseño e implementación de asignaturas en un segundo idioma es importante para incrementar el número de estas asignaturas y garantizar la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Por lo tanto, las instituciones deben priorizar el desarrollo de competencias pedagógicas especializadas en los profesores e incorporar en los planes de estudios el desarrollo de competencias interculturales, internacionales y lingüísticas, como parte integral de la formación de los estudiantes. 

Por lo anterior, y con base en mi experiencia, propongo incorporar el inglés gradualmente en un programa académico, comenzando con un nivel básico y avanzando hacia niveles más complejos. Este enfoque progresivo permite que los estudiantes logren los resultados de aprendizaje esperado del programa mientras desarrollan sus habilidades lingüísticas de manera natural y sin presión, comenzando con materias menos complejas y avanzando hacia asignaturas más técnicas. A medida que los estudiantes mejoran su comprensión y fluidez en inglés, también aumentan su confianza y autoestima, lo que les motiva a seguir mejorando. En la siguiente imagen, se muestra el proceso gradual de aprendizaje del inglés en un programa académico.

De acuerdo con esta incorporación gradual del inglés en el currículo, y asociado a los niveles de proficiencia en el dominio del idioma ingles, se proponen tres tipos de asignaturas, cada una con unas especificaciones para el proceso de enseñanza y aprendizaje, el uso de recursos educativos y la evaluación de los aprendizajes.

Input Approach

  • El uso del inglés en clases está pensado para cumplir ciertos objetivos esperados de acuerdo a la asignatura, pero en un nivel básico y no intensivo en los primeros 3 semestres del programa. El enfasis está en que el estudiante aprenda los principales conceptos y términos del contenido a través de la lectura y de su participación en espacios como foros, presentaciones cortas, elaboración de mapas mentales, entre otras didácticas. La bibliografía debe incluir al menos el 50% de los materiales en inglés obligatorios. El profesor puede solicitar la colaboración de un asesor académico para definir las didácticas más convenientes para su asignatura y los materiales académicos en inglés.

  • La estrategia pedagógica que recomiendo para este tipo de asignatura es el método English for Academic Purposes (EPA), donde el profesor hace una conexión entre el contenido de la asignatura y el inglés. La exigencia en el uso del inglés depende de las habilidades de sus estudiantes, pero no debe exceder el 30% del tiempo de interacción en clases. Se hace uso de lecturas “graded” para reducir la dificultad del texto y de “Reading guides” que acompañan a la lectura y ayudan a los estudiantes entender el texto.


Flexible Immersion

  • Este tipo de asignatura puede estar en los semestres intermedios. El uso del inglés está pensando para cumplir los resultados esperados de aprendizaje en un nivel básico, pero recurrente durante la asignatura. El profesor aplica una estrategia de aprendizaje flexible para desarrollar el contenido, que incluye dar su clase en inglés y estimular la participación activa de sus estudiantes en foros en línea, discusiones en clases, elaboración de ensayos cortos y presentaciones orales. Además de la bibliografía en inglés, que no debe exceder el 70% del total de la bibliografía, el profesor puede incluir otro tipo de recursos para el aprendizaje, tales como estudios de casos, materiales audiovisuales, base de datos, entre otros. Se recomienda que los profesores se capaciten en la enseñanza en inglés para garantizar la idoneidad de las estrategias en clase y la evaluación de los resultados de aprendizaje.

  • La estrategia pedagógica que recomiendo en este tipo de asignatura es el método Content and Language Integrated Learning (CLIL) donde el profesor profundiza la conexión entre el contenido de la asignatura y el inglés. La exigencia en el uso del inglés puede llegar al 80% del tiempo de interacción en clases. El estudiante debe elaborar trabajos más complejos en inglés y se recomienda evaluar el aprendizaje de manera multimodal, por ejemplo, ensayo (español), infografía (inglés), video (texto en inglés, voz en español), presentación (escrita en inglés, pero sustentada en español), etc.


Full Immersion

  • En este tipo de asignatura, la estrategia pedagógica está pensada en el logro de los resultados esperados de aprendizaje, pero incorporando plenamente el uso del inglés en las actividades de aprendizaje y evaluación. El profesor desarrolla un ambiente de aprendizaje donde puede impartir toda la asignatura en inglés y los estudiantes participan activamente. El estudiante es capaz de elaborar textos de alta complejidad, domina las nociones propias de la disciplina, participa activamente en clases y puede argumentar sus ideas apropiadamente; todo esto en inglés. El 100% de la bibliografía y los materiales para el aprendizaje están en inglés. Se espera que este tipo de asignaturas se impartan en el último año del programa.

  • La estrategia pedagógica que recomiendo es el método English as a Medium of Instruction (EMI) donde el profesor imparte una asignatura totalmente en inglés a estudiantes que han logrado un nivel académico idóneo para afrontar las exigencias de este tipo de asignatura o que ya han certificado un nivel intermedio o avanzado en inglés. El estudiante es capaz de elaborar trabajos en diversos formatos donde se evidencian el dominio de este idioma, en especial, la competencia oral y escrita. El estudiante ya es capaz de interactuar con estudiantes angloparlantes, en el marco de actividades de aprendizaje colaborativo presencial o virtual (COIL).


Este plan gradual permite una transición suave y efectiva hacia la enseñanza en inglés, respetando el proceso de maduración académica de los estudiantes y asegurando que tanto ellos como los profesores estén bien preparados para los desafíos que implica aprender y enseñar en un segundo idioma.

Para una adecuada planeación de estos tipos de asignatura, los programas deben conocer el nivel de inglés que tienen sus estudiantes y profesores. La competencia lingüística de los profesores en inglés no es suficiente para garantizar una adecuada experiencia de aprendizaje en los estudiantes, por lo que debe incentivarse la formación de competencias pedagógicas en la enseñanza en inglés. 

El uso del inglés como instrumento pedagógico formativo para el aprendizaje de los estudiantes es una estrategia clave que cataliza las aspiraciones educativas en internacionalización del currículo, aportando directamente al desarrollo de las competencias esperadas en los estudiantes. Pero esto requiere el compromiso de los profesores, los directores de programas y las unidades de apoyo académico en un universidad para que la enseñanza en inglés se posicione como atributo de excelencia de la práctica docente y del currículo. 

Finalmente, la evaluación de la internacionalización del currículo a través del conteo de asignaturas impartidas en una segunda lengua es un indicador erróneo porque no permite determinar la efectividad del aprendizaje bilingüe en los estudiantes. El reto es profundizar en la comprensión de lo que signfica la internacionalización en el contexto institucional, local y regional, y adelantar estudios más completos en los que se crucen otras variables, como el nivel de competencia lingüística en inglés y su impacto en los aprendizajes esperados del programa.

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