El #BalanceScorecard es una herramienta que ayuda a las organizaciones a comunicar y gestionar su estrategia porque permite que estas rastreen los resultados financieros mientras, simultáneamente, monitoreen su progreso en el logro de sus objetivos y en construir capacidades estratégicas. Esta herramienta se utiliza comúnmente en el ámbito empresarial, pero también puede ser aplicada en instituciones de educación superior.
Con el tiempo, esta herramienta fue adoptada por las organizaciones en sus sistemas de gestión estratégica permitiendo articular la estrategia de largo plazo con las acciones de corto plazo. Para su implementación, la organización debe realizar cuatro procesos. El primero es traducir la visión en objetivos y métricas estratégicas, y para esto, se debe llegar a acuerdos sobre lo que la organización está buscando lograr. Luego, debe comunicarse y articularse en todos los niveles de la organización, convirtiendo a la estrategia en un herramienta al alcance de todos, con objetivos y métricas adecuadas a cada nivel. A continuación, debe realizarse la planeación de las actividades, identificación de responsabilidades, definición de hitos y asignación de recursos necesarios para su desarrollo. Finalmente, los procesos de aprendizaje estratégico y crecimiento necesarios para responder, de manera informada, a los cambios del mercado. En este paso es clave establecer las relaciones de causa y efecto. Esto implica identificar cómo el logro de ciertos objetivos estratégicos contribuye al logro de otros, y cómo los diferentes aspectos de la universidad se relacionan entre sí en el proceso de internacionalización.
Después de varios años participando en procesos de internacionalización, he identificado los retos organizacionales que las universidades enfrentan para establecer un plan de internacionalización efectivo y, sobre todo, que responda a las necesidades específicas de cada contexto. En una publicación anterior sobre el pensamiento divergente en la gestión de la internacionalización propongo unas pautas para enfocarse y priorizar los pasos que se deben tomar para implementar un plan de internacionalización integral, en el cual se articulen y armonicen las diferentes manifestaciones de la internacionalización en educación superior.
En esta publicación, hago uso del mapa estratégico, que se deriva de las cuatro perspectivas del Balance Scorecard, pero adecuándolo al sector de la educación superior. Preliminarmente, las cuatro perspectivas del Balance Scorecard son: Financiero, Clientes, Procesos internos y Aprendizaje y Crecimiento. La lógica de su implementación lo describo superficialmente al inicio de esta publicación, dado que no es mi objetivo ahondar en los fundamentos financieros y de gestión de esta herramienta, pero si proponer una mirada diferente donde se recoge la utilidad de la herramienta aplicada a la gestión de la internacionalización.
En mi propuesta de mapa estratégico cambio el nombre de las perspectivas, dado que la naturaleza de una IES no es el lucro (en teoría, y excepto las instituciones de educación superior con fines de lucro), para que sean más afines con la naturaleza de la educación superior.
La perspectiva Financiera se convierte en Impacto y Retorno respondiendo así al rol que las IES deben tener como actores que aportan al desarrollo de las sociedades y a la generación de nuevo conocimiento. Evaluar el impacto social de las IES es un tema que viene tomando más relevancia en los últimos años y que ha evolucionado de diversos enfoque, pasando de la extensión universitaria o responsabilidad social universitaria, al relacionamiento con el sector externo. El objetivo es demostrar de manera fehaciente cual es el aporte (impacto en el largo plazo) de las IES en sus contextos inmediatos.
La perspectiva Clientes la llamo Comunidad Académica dado que son los grupos de interés de una IES los principales usuarios de las actividades académicas. En esta perspectiva he incluido algunas de las actividades de valor que reciben los estudiantes, profesores, administrativos, egresados, organizaciones externas, etc. y que en efecto son la base de una transacción "económica" entre la IES y los diferentes grupos de interés.
La tercera perspectiva mantiene el nombre de Procesos Internos abarcando aquellos procesos que se desarrollan en una IES para generar valor a sus grupos de interés y que son la base de su propuesta de valor. La calidad, efectividad y pertinencia de los procesos internos son un factor diferencial de una organización.
La cuarta perspectiva la he nombrado Aprendizaje e Innovación para recoger dos aspectos claves de una IES, la misión de formar integralmente estudiantes se potencia con la innovación educativa. Los rápidos cambios en los paradigmas de la enseñanza y aprendizaje lleva a que las IES estemos transformando y actualizando nuestros modelos educativos y nuestros paradigmas pedagógicos. Esto es una organización que aprende estratégicamente.
La imagen que acompaña esta publicación muestra cada perspectiva y los elementos que las integran, y las relaciones que existen entre ellas. En resumen, esta propuesta de mapa estratégico puede ser una herramienta poderosa para ayudar a las IES a planificar, comunicar y gestionar su estrategia de internacionalización de manera efectiva. Al proporcionar una visión clara de las perspectivas estratégicas, las relaciones de causa y efecto, objetivos y recursos asignados, el mapa estratégico puede guiar a la IES hacia el éxito en su proceso de internacionalización.
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